RESISTENCIA AL CAMBIO


 





- No me dejas ser yo...

-Nunca puedo hacer lo que quiero...

-No puedo expresarme...

-Siempre tengo que hacerlo yo...

-Tengo que hacerlo...

-Debería ir... 

-Debería decirle...

-Todo me sale mal...

-No sirvo para nada...

Y podría seguir con miles de frases que nos repetimos una y otra vez.

  Son formas de resistirnos al cambio, por el motivo que sea. Al final hemos estado tanto tiempo con un programa mental automático, que nos hemos acomodado. Aunque haya veces que sea evidente que en el "software" hay errores, el miedo puede ser muy convincente. 

    Cuando guío a las personas en su procesos necesito conocer su infancia porque su niñez es una etapa importante que forma su personalidad. Su entorno; Educación, cultura, costumbres y hábitos dan como resultado unas creencias únicas. Es normal compartir formas de pensar, mentalidades, aunque cada persona lo experimenta con su propio punto de vista. La forma de relacionarnos con los demás tiene mucho que ver con como lo hacían nuestros abuelos con nuestros padres y estos con nosotros.

    No se trata de cambiar a los demás para tener una buena relación, si no de reconocer cuales son nuestras creencias equivocadas para transformarlas. Llegando a la aceptación de la situación o de la persona. 

    Porque si este individuo/a nos genera mal estar con sus actos o reacciones, es porque con nuestra forma de pensar y las emociones que nos despierta, lo permitimos.  Así que es hora de empezar a relacionarnos de otra manera.

    Aceptar a una persona desagradable que acostumbra a tratarnos o hablar mal de nosotros, no es dejar que nos humille o desprecie. No depende de uno la manera en que se comporten los demás o como sientan. Sin embargo es nuestra decisión el como nos va a sentar todo ello y si nos afectará o no. Al final lo que nos parece ataques personales, no son más que luchas internas de cada persona. Y si lo vemos así podremos separar la emoción del hecho por el que estamos pasando. Sin romper nuestra paz interior.

    No puedes evitar que hayan conflictos en la vida sólo aprender a afrontarlos, para que no se resienta la salud física y síquica. Aceptar no es resignarse ni perder. Puedes comprender que siente diferente a ti, que es su opinión, su verdad, pero no la tuya. Tener la mente fría sin dejar que las emociones te controlen, dar tu opinión sin luchar con la del otro, mantenerte al margen si no vas a ser escuchado o retirarte a tiempo, si no te compensa seguir ahí. Hay técnica para esto. Sólo es necesario practicar, practicar y practicar. 

Voluntad, esfuerzo y compromiso

Purpurina




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